Las
 células perciben los cambios del medio y responden a estos cambios de 
manera adecuada. Las variaciones del medio se llaman estímulos, y las 
reacciones de las células, respuestas.
Las
 respuestas de las células a estímulos se manifiestan con cambios de 
forma, movimientos, cambios metabólicos, secreciones, etc.
Ciertas
 células responden a algunos estímulos (falta de alimento, excesivo 
calor…) segregando sustancias que se depositan en su membrana y las 
aíslan del exterior. La célula así envuelta se llama quiste y puede 
permanecer mucho tiempo con una vida latente hasta que cambian las 
condiciones y reanuda su actividad. Es una respuesta típica de las 
bacterias.
Las
 respuestas de movimiento se denominan tactismos o taxismos: son 
positivos si se acercan al estímulo y negativos si se alejan. Según el 
tipo de estímulo, puede ser fototactismo (si el estímulo es la luz), 
quimiotactismo (una sustancia química), termotactismo (una variación de 
temperatura), etc.
Los
 protozoos y las algas microscópicas se mueven ante la presencia de luz o
 de sustancias en el medio. El movimiento celular se realiza por 
seudópodos, flagelos o cilios.
Las
 bacterias que poseen flagelos tienen movilidad, o sea, el movimiento de
 traslación de un punto a otro en forma rápida y de zig zag 
permitiéndoles responder a estímulos por ejemplo: químicos cuando las 
bacterias son atraídas a determinados compuestos como la glucosa, la 
galactosa y se denomina quimiotactismo positivo o por el contrario son 
repelidas de algunos compuestos como los antibióticos, quimiotactismo 
negativo, luminosos es el caso de las bacterias fotosintéticas que 
tienen fototactismo positivo a los rayos luminosos.
Las respuestas de los invertebrados a los estímulos
Las
 respuestas de los invertebrados a los estímulos externos son más 
complejas que los tropismos, pues estos animales, además de un control 
hormonal, poseen una regulación de sus respuestas al ambiente dado por 
un sistema nervioso primitivo.  Esto determina que sus respuestas sean 
más rápidas y por tanto más eficientes para responder ante los cambios 
del medio. Taxismos o tactismos son las respuestas que ofrecen los 
animales inferiores a los diferentes estímulos del medio ambiente. 
Además, los movimientos que se producen como parte de las respuestas son
 reversibles, a diferencia de lo que ocurre en los tropismos.
1. Tipos de tactismos
Los
 tactismos se denominan de acuerdo al tipo de estímulo. Se distinguen: 
fototactismo, gravitactismo, hidrotactismo y tigmotactismo.
Como
 en los tropismos, las respuestas o movimientos que experimentan los 
animales invertebrados pueden ser de acercamiento o de alejamiento hacia
 el estímulo.  Se habla de tactismo positivo cuando el movimiento del 
animal se dirige hacia el estímulo, y de tactismo negativo si el 
movimiento tiende a alejarse del estímulo.
Fototactismo: es la respuesta de los animales a variaciones en la cantidad de luz.
Gravitactismo: es la respuesta a estímulos de origen gravitatorio.
Hidrotactismo: es la respuesta a estímulos cuyo origen es el agua.
Tigmotactismo: es la respuesta a estímulos táctiles.
Heliotactismo: es la influencia que el sol ejerce sobre la orientación de los seres vivos.
Galvanotactismo: es la respuesta a estímulos eléctricos.
Termotactismo: es la respuesta a la variación de la temperatura.
Quimiotactismo: es la respuesta a estímulos químicos.
Cuando
 encendemos una lámpara las polillas se dirigen hacia esta fuente 
artificial de luz.  Corresponde a un fototactismo positivo. 
También se puede dar el caso opuesto, como ocurre con las cucarachas, que al acercarse a ellas la luz tienden a escapar. 
Las Orugas cortadoras (insecto cosmopolita con alta capacidad de dispersión)  que
 a partir del tercer estadio larval manifiestan un fototactismo 
negativo, escapándole a la luz y permaneciendo durante el día bajo la 
tierra enroscadas sobre si mismas. 
Las
 medusas poseen ocelos en el borde umbrelar que son unidades 
fotorreceptoras, para captar la mayor o menor luminosidad para que suban
 o bajen debido a que poseen un fototactismo negativo por lo que huyen 
de la luz, esto constituye un mecanismo de defensa. Estos ejemplos 
corresponden a un fototactismo negativo.
Las
 vaquitas de San Antonio son insectos que al tomarlos en tu mano, 
siempre suben a través de ella. Éste es un claro ejemplo de 
gravitactismo negativo, ya que la vaquita se mueve siempre en dirección 
contraria a la fuerza de gravedad.
La lombriz de tierra presenta un hidrotactismo positivo; siempre construye sus galerías subterráneas en dirección a las zonas húmedas.
En
 las lombrices de tierra existen quimiorreceptores especializados 
distribuidos por todo el cuerpo, capaces de detectar agua. Estas células
 llamadas higrorreceptores permiten que la lombriz permanezca en suelos 
de humedad adecuada.
2. Mecanismos de acción de los tactismos
2. Mecanismos de acción de los tactismos
A
 diferencia de los tropismos, la causa de las respuestas denominadas 
tactismos está regulada y controlada por la presencia de un simple pero 
eficiente sistema nervioso.
Este
 sistema nervioso está formado por tres grupos de neuronas que equivalen
 a un cerebro primitivo, ya que posee nervios que se conectan con los 
ojos, antenas y patas del insecto, permitiéndole detectar y responder 
ante un estímulo cualquiera, en un movimiento de acercamiento o 
alejamiento del mismo.
Gracias
 a este sistema nervioso rudimentario que les permite responder ante los
 cambios del medio, los insectos han llegado a constituirse en los 
animales terrestres más numerosos, con más de 900.000 especies 
diferentes, capaces de habitar los lugares más diferentes del planeta.
Respuestas de los vertebrados
La
 ciencia ha postulado que los primeros vertebrados aparecieron en 
nuestro planeta en el medio acuático, hace unos quinientos millones de 
años. Desde entonces se fueron diversificando a medida que se adaptaban a
 las diferentes formas de vida.  Así, fueron apareciendo paulatinamente 
las cinco clases de vertebrados que hoy conocemos: peces, anfibios, 
reptiles, aves y mamíferos, incluyendo al hombre en esta última clase. 
Una
 de las características principales de un animal vertebrado es que posee
 un sistema nervioso capaz de captar la información o los estímulos que 
provienen del medio, manejarlo e integrarlos para que el individuo 
elabore respuestas o comportamientos adecuados.
Este sistema opera a través de los receptores y órganos sensoriales que se constituyen en vías de entrada para toda información.
En
 los animales dicha información es procesada en los diferentes centros 
nerviosos que se integran con la finalidad de que el organismo pueda 
responder de manera uniforme a los diversos estímulos que recibe.
De
 acuerdo a la integración de estos centros nerviosos, las respuestas 
elaboradas por los animales pueden ser más o menos complejas.  Así por 
ejemplo, el aprendizaje por discernimiento es una respuesta que se da en
 los animales superiores, sobre todo en los primates y, por supuesto, en
 el hombre.  Esta respuesta se elabora cuando el individuo percibe y 
experimenta diferentes estímulos, los relaciona y los maneja para 
conseguir lo que quiere.  Este tipo de comportamiento se adquiere por 
medio del contacto permanente del organismo con su entorno y evidencia 
una capacidad más compleja de elaboración de respuestas, dirigidas por 
la voluntad (querer hacer algo) y la conciencia de los propios actos 
(comprender las diferentes posibles respuestas).
El
 sistema nervioso en los vertebrados necesita además, de la cooperación 
de otro sistema llamado endocrino, en el cual se producen las hormonas. 
 La presencia de una hormona es un estímulo que provoca una reacción en 
un órgano determinado o en un grupo de órganos.
Por
 ejemplo, la hormona del crecimiento se produce en una parte específica 
del cerebro y estimula o provoca el crecimiento de tejidos, huesos y 
demás estructuras de un animal.
La
 coordinación de los sistemas nervioso y endocrino en los vertebrados 
controla tanto las respuestas rápidas (sistema nervioso) como las más 
lentas y generalizadas (sistema endocrino).
Otras
 características no menos importantes de los vertebrados, son las de 
poseer un esqueleto interno, un aparato respiratorio y otro 
circulatorio.
Con
 todos estos sistemas, en perfecta coordinación, los animales 
vertebrados son capaces de manifestar los más asombrosos 
comportamientos, como por ejemplo, la protección de las crías, la 
defensa de su territorio, la búsqueda de alimento y la notable capacidad
 para mantener la supervivencia de la especie.
Los distintos tipos de respuestas son:
Respuestas motoras: son las que involucran movimientos, los músculos son los encargados de ejecutar la respuesta.
Respuestas secretoras:
 son las que implican la acción de las glándulas (endócrinas y 
exócrinas), órganos que tienen la capacidad de producir secreciones.
Respuesta inmunológica:
 ante el ingreso de un agente extraño (bacteria, virus) se desencadena 
una respuesta de defensa ejecutada por diferentes tipos de células 
(denominadas en conjunto glóbulos blancos) o bien por anticuerpos 
(proteínas) capaces de destruir a los agentes externos.
¿Por qué las polillas se sienten atraídas por la luz?
Las
 polillas y otros insectos nocturnos se sienten atraídos por la luz 
artificial de una manera suicida. Vuelan en círculos alrededor y se 
golpean una y otra vez contra la fuente luminosa hasta morir 
achicharradas. ¿Y por qué hacen esto? ¿A qué se debe un comportamiento 
tan irracional? 
Su
 comportamiento es totalmente coherente con su naturaleza, lo que ocurre
 es que la luz artificial las confunde, ¡y de qué manera! 
Hablemos
 primero de la fototaxis, que es el movimiento automático de un 
organismo con respecto a la luz. Las cucarachas, por ejemplo, son 
insectos lucífugos ya que muestran una fototaxis negativa al correr a 
esconderse en grietas oscuras al percibir la luz. Se trata de un 
mecanismo que les facilita la supervivencia. En cambio las polillas son 
insectos lucípetos ya que muestran una fototaxis positiva y se sienten 
atraídos por la luz. Este mecanismo les facilita la orientación, pues la
 luz del firmamento estrellado y de la Luna les permite situar el 
arriba-abajo en la oscuridad y les sirve de guía en sus movimientos 
migratorios al utilizar nuestro satélite como punto de referencia 
primario. Es más, al ser atraídas por la luz lunar las polillas vuelan 
más alto y evitan muchos obstáculos y depredadores y pueden aprovechas 
las corrientes de aire más efectivamente. Algunos entomólogos sugieren, 
incluso, que las polillas pueden definir su ruta de migración mientras 
la Tierra gira por el cambio de posición de la luna. 
Además
 la intensidad lumínica también influye en el movimiento de sus alas. 
Así cuando la luz proviene de una fuente distante (léase la Luna) e 
incide por igual en ambos ojos del insecto, éste vuela en línea recta; 
pero si la fuente de luz está más cerca, un ojo percibe más cantidad de 
luz que el otro y el ala de ese lado tiende a moverse más rápido al 
recibir mayor estímulo. 
Entonces,
 cuando una luz artificial se cruza en su camino, se sienten atraídas 
por ella y vuelan hacia la fuente de luz. Hacia una fuente de luz que 
alcanzan aunque nunca deberían haberlo hecho. Y debido a su cercanía se 
ven impelidas volar en círculos y en trayectorias espirales. 
Las
 polillas son más sensibles a unas longitudes de onda del espectro 
lumínico que a otras. Detectan la luz ultravioleta y prefieren las luces
 blancas y azuladas a las luces amarillas. 








 
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