domingo, 12 de junio de 2016

El sistema Nervioso

El sistema nervioso es una red de tejidos altamente especializada, que coordina todas las funciones conscientes e inconscientes y cuya unidad principal son las neuronas, células que se encuentran conectadas entre sí de manera compleja y que tienen la capacidad de conducir, usando señales eléctricas o bien mediante neurotransmisores, enviando estímulos dentro del tejido nervioso y hacia la mayoría del resto de los tejidos, coordinando así múltiples funciones del organismo. En el caso del hombre el sistema
nervioso constituye el 70% del cuerpo.
Su principal función es la de captar y procesar rápidamente las señales, ejerciendo coordinación y control sobre los demás órganos, para lograr una oportuna y eficaz interacción con el medio.

Las Neuronas

Las neuronas son un tipo de células cuya principal característica es la excitabilidad de su membrana plasmática.
Están especializadas en la recepción de estímulos y en la conducción del impulso nervioso entre ellas o con otros tipos celulares, como por ejemplo las fibras musculares de la placa motora.
Altamente diferenciadas, la mayoría de las neuronas no se dividen una vez alcanzada su madurez, no obstante, una minoría si lo hace.
Presentan unas características morfológicas típicas que sustentan sus funciones: un cuerpo celular central, una o varias prolongaciones cortas llamadas dentritas que generalmente transmiten los impulsos hacia el soma celular, y una prolongación larga llamada axón o cilindroeje que conduce los impulsos desde el soma hacia otra neurona u órgano diana.


Según su función, las neuronas se clasifican en:
· Sensitivas: Conducen la información desde los receptores hacia los centros nerviosos más importantes.
· Motoras: Transmiten las órdenes a los órganos efectores.
· Intercalares o de asociación: Se encuentran situadas entre las neuronas sensitivas y las motoras y se localizan en los centros nerviosos superiores.

Los grupos de neuronas en el cerebro tienen trabajos especializados. Por ejemplo, algunos se relacionan con el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Otros se encargan de la recepción de la información sensorial. Otros se comunican con los músculos, estimulándolos para la acción.
Son varios los procesos que tienen que funcionar en conjunto y sin tropiezos para que las neuronas sobrevivan y permanezcan saludables. Estos procesos son la comunicación, el metabolismo y la reparación.

Las neuronas poseen una capacidad única para generar y transmitir corrientes nerviosas desde las dentritas al axón. Estas establecen conexiones funcionales denominadas sinapsis, que permiten que los impulsos nerviosos pasen de unas a otras.
A través de las ondas de naturaleza eléctrica que se originan como consecuencia de un cambio transitorio de la permeabilidad en la membrana plasmática, y que recorren toda la neurona, estos cambios de potencial eléctrico se transmiten desde las dendritas hacia el axón hasta los botones perisinápticos, que a su vez los transmiten hacia otras neuronas.
Se originan en el sistema nervioso central o en los órganos de los sentidos. Los receptores sensitivos transforman los estímulos en impulsos nerviosos, que a través de las fibras sensoriales llegan al cerebro.
Las neuronas no están aisladas. Entre ellas se establecen conexiones denominadas sinapsis, localizadas entre el extremo final del axón de una neurona y una dendrita de la neurona contigua.

En la sinapsis no se produce contacto físico, existe un pequeño espacio entre ellas conocido como hendidura o brecha sináptica.
En el extremo del axón hay unas vesículas que contienen sustancias llamadas neurotransmisores, que cuando llega el impulso nervioso se rompen y los liberan en la brecha.
Es de destacar que en las sinapsis la corriente nerviosa no es continua, en un momento se acaba y empieza otra nueva.
En el extremo del axón hay unas vesículas muy pequeñas que contienen unas sustancias llamadas neurotransmisores.
Cuando el impulso nervioso llega al extremo del axón, las vesículas se rompen y los neurotransmisores son liberados a la brecha sináptica. Allí se unen a la membrana de la dendrita, lo que hace que esta inicie un nuevo impulso nervioso.