Las hormonas son sustancias químicas que
controlan numerosas funciones corporales. Son producidas en el sistema
endocrino, el cual está formado por glándulas y tejidos secretores que no
tienen un conducto secretor como las glándulas exocrinas (por ejemplo,
glándulas sudoríparas). Por lo tanto, sus secreciones u hormonas son secretadas
y transportadas a través de la sangre. Las hormonas actúan como
"mensajeros" para coordinar las funciones de varios órganos del
cuerpo.
El sistema hormonal se relaciona principalmente
con diversas acciones metabólicas del cuerpo humano y controla la intensidad de
funciones químicas en las células. Algunos efectos hormonales se producen en
segundos, otros requieren varios días para iniciarse incluso semanas, meses, o
años.
Funciones que controlan las hormonas
Entre las funciones que controlan las hormonas
se incluyen:
- Las actividades de órganos completos.
- El crecimiento y desarrollo.
- La reproducción.
- Las características sexuales.
- El uso y almacenamiento de energía.
- Los niveles en la sangre de líquidos, sal y
azúcar.
Desde el punto de vista molecular existen
diferentes tipos de hormonas, la mayoría derivada de los esteroides y proteínas. La acción de cada
hormona depende de los receptores que tengan las células. Estos receptores son
específicos para una hormona determinada y se ubican en las células blanco
(donde ejerce efecto la hormona). Los receptores de hormonas proteicas se
ubican en la membrana plasmática de la célula blanco y los de hormonas
esteroidales se encuentran en el citoplasma y núcleo celular.
Las hormonas sexuales son esteroidales y
desempeñan un papel fundamental en el desarrollo sexual y del comportamiento.
Debido a que estas moléculas esteroidales son pequeñas y solubles en las
grasas, atraviesan fácilmente las membranas celulares. Una vez en el interior
celular, los esteroides pueden unirse a receptores en el citoplasma o el núcleo
y de esta manera influir sobre la expresión genética. Por lo tanto, las
hormonas esteroidales ejercen acciones variadas y de larga duración sobre la
función celular.
Las hormonas sexuales influyen de diferente
manera en el desarrollo de la sexualidad desde la concepción hasta la madurez
sexual, pues determinan el desarrollo de las características anatómicas, fisiológicas
y de comportamiento que distinguen al hombre y a la mujer.
En esta sección estudiaremos específicamente el
efecto de las hormonas sexuales en el ciclo menstrual y, en consecuencia, en el
desarrollo de los óvulos. Para ello, comenzaremos dando una descripción de los
eventos más importantes presentes en el ciclo menstrual y ovárico.
Regulación de hormonas sexuales femeninas
Desde la aparición de la primera menstruación
(menarquia) hasta la desaparición de ella (menopausia), las mujeres experimentan
cambios cíclicos en los ovarios y el útero.
Cada ciclo tiene una duración de unos 28 días
aproximadamente e implica la maduración de un ovocito y la adecuación del
endometrio para recibirlo, en el supuesto de que sea fecundado. Si no ocurre la
fertilización, el endometrio uterino se desprende y deja unas áreas
hemorrágicas que producen el sangrado menstrual. Podemos distinguir dos ciclos
que se producen simultáneamente (fig. 1):
El ciclo ovárico, que consiste en la maduración
de un folículo y expulsión de un ovocito secundario.
El ciclo menstrual, que consiste en la
preparación de un ambiente apto para recibir al ovocito fecundado (cigoto). Si
el ovocito secundario no está fertilizado es eliminado.
Ciclo ovárico
En el ovario ocurre una serie de eventos que
llevan al desarrollo de los ovocitos secundarios. Las etapas fundamentales de
estos cambios son:
- Fase folicular (crecimiento folicular): se
refiere a la evolución del ovocito primario y el comportamiento de las células
que lo acompañan (teca y granulosa), conjunto denominando folículo. Es una fase
de duración variable que comienza con el desarrollo de un grupo de folículos
por influencia de la hormona folículoestimulante (HFE) y la hormona
luteinizante (HL). Estas hormonas reciben el nombre de gonadotrofinas por su
acción sobre las gónadas femeninas y masculinas (ovarios y testículos). Luego,
se selecciona un folículo que va madurando y aumentando de tamaño hasta el día
de la ovulación y que secreta hormonas llamadas estrógenos. Éstos aceleran el
crecimiento del endometrio y, además, son responsables de las características
sexuales secundarias de la mujer.
- Ovulación: es el evento central del ciclo
femenino y corresponde a la descarga del ovocito secundario del folículo
maduro. Este hecho se produce por el brusco aumento de la hormona luteinizante
hasta llegar a un máximo en su concentración (“peak” de HL), que es seguido en
un lapso de horas por la ruptura de la pared folicular. En este evento se
completa la primera división meiótica.
- Formación del cuerpo lúteo: tiene una duración
constante de 14 ± 2 días. Después de la ovulación, la estructura folicular que
queda en el ovario se reorganiza y se convierte en una estructura glandular
conocida como cuerpo lúteo, que secreta progesterona y estrógenos. La hormona progesterona es la encargada de
preparar al útero para la eventual gestación. Si entre los 8 y 10 días después
de la ovulación no aparece alguna señal de presencia embrionaria, el cuerpo
lúteo inicia un proceso regresivo autónomo con caída en la producción de
estrógeno y progesterona, lo que desencadena la menstruación.
Ciclo menstrual
El ciclo menstrual es la secuencia mensual de
eventos que prepara al cuerpo para un posible embarazo. Comprende:
- Fase proliferativa: es el engrosamiento
gradual del endometrio debido al aumento del nivel de estrógenos.
- Fase secretora: comienza con la ovulación. La
progesterona modifica el endometrio, inhibiendo la fase proliferativa y
preparándolo para aceptar, implantar y nutrir al posible embrión.
Figura 1.-Ciclo
folicular y ciclo menstrual o endometrial y cambios hormonales asociados
El control de la
reproducción en la mujer es muy complejo. En él participan el hipotálamo (estructura
del sistema nervioso ubicada en el cerebro), la hipófisis (glándula endocrina
ubicada en el cerebro) y los ovarios. La glándula hipófisis tiene una parte
anterior (adenohipófisis) y otra posterior (neurohipófisis). Ambas son
controladas por el hipotálamo, tal como se muestra en la figura 2. En esta
figura también se incluyen hormonas que actúan durante el parto y en la
secreción de leche durante la lactancia.
Figura 2.
Eje hipotalámico-hipofisiario-gonadal: relación funcional y de control
Los cambios asociados al comienzo de la
adolescencia femenina están relacionados con el desarrollo del eje
hipotalámico–hipofisiario–ovárico (figura
2). Al comenzar la pubertad, el hipotálamo empieza
a aumentar gradualmente la secreción de hormonas liberadores de gonadotrofinas
(GnRH), las que estimulan al lóbulo anterior de la hipófisis para que secrete
HFE y HL. Las hormonas generadas por la hipófisis actúan sobre los ovarios, los
que liberan estrógenos y progesterona (hormonas sexuales femeninas), que causan
el crecimiento de los tejidos de los
órganos sexuales femeninos y la aparición de los caracteres sexuales
secundarios.
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