El
sistema nervioso es una red compleja de estructuras especializadas (encéfalo, médula
espinal y nervios) que tienen como misión controlar y regular el funcionamiento
de los diversos órganos y sistemas, coordinando su interrelación y la relación
del organismo con el medio externo. El sistema nervioso está organizado para detectar
cambios en el medio interno y externo, evaluar esta información y responder a
través de ocasionar cambios en músculos o glándulas.
El
sistema nervioso se divide en dos grandes subsistemas: 1) sistema nervioso central
(SNC) compuesto por el encéfalo y la médula espinal; y 2) sistema nervioso periférico
(SNP), dentro del cual se incluyen todos los tejidos nerviosos situados fuera
del sistema nervioso central
El
SNC está formado por el encéfalo y la médula espinal. El encéfalo es la parte
del sistema nervioso central contenida en el cráneo y el cuál comprende el
cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo o encefálico. La médula espinal
es la parte del sistema nervioso central situado en el interior del canal
vertebral y se conecta con el encéfalo a través del agujero occipital del
cráneo. El SNC (encéfalo y médula espinal) recibe, integra y correlaciona
distintos tipos de información sensorial.
Además
el SNC es también la fuente de nuestros pensamientos, emociones y recuerdos.
Tras integrar la información, a través de funciones motoras que viajan por nervios
del SNP ejecuta una respuesta adecuada.
El
sistema nervioso periférico está formado por nervios que conectan el encéfalo y
la médula espinal con otras partes del cuerpo. Los nervios que se originan en
el encéfalo se denominan nervios craneales, y los que se originan en la médula
espinal, nervios raquídeos o espinales. Los ganglios son pequeños acúmulos de
tejido nervioso situados en el SNP, los cuales contienen cuerpos neuronales y
están asociados a nervios craneales o a nervios espinales. Los nervios son
haces de fibras nerviosas periféricas que forman vías de información centrípeta
(desde los receptores sensoriales hasta el SNC) y vías centrífugas (desde el
SNC a los órganos efectores).
Células
del Sistema Nervioso
El
tejido nervioso consta de dos tipos de células: las neuronas y la neuroglia o
glia.
Las
neuronas son las células responsables de las funciones atribuidas al sistema nervioso:
pensar, razonar, control de la actividad muscular, sentir, etc. Son células excitables
que conducen los impulsos que hacen posibles todas las funciones del sistema
nervioso. Representan la unidad básica funcional y estructural del sistema nervioso.
El encéfalo humano contiene alrededor de 100.000 millones de neuronas.
Aunque
pueden tener distintas formas y tamaños, todas las neuronas tienen una estructura
básica y constan de 3 partes esenciales: cuerpo neuronal, dendritas y axones.
1.
El cuerpo o soma neuronal contiene el núcleo y el citoplasma, con todos sus
orgánulos intracelulares, rodeado por la membrana plasmática.
2.
Las dendritas son prolongaciones cortas ramificadas, en general múltiples, a
través de las cuales la neurona recibe estímulos procedentes de neuronas vecinas
con las cuales establece una sinapsis o contacto entre células.
3.
El axón es una prolongación, generalmente única y de longitud variable, a través
de la cual el impulso nervioso se transmite desde el cuerpo celular a otras
células nerviosas o a otros órganos del cuerpo. Cerca del final, el axón, se
divide en terminaciones especializadas que contactarán con otras neuronas u
órganos efectores. El lugar de contacto entre dos neuronas o entre una neurona
y un órgano efector es una sinapsis. Para formar la sinápsis, el axón de la
célula presináptica se ensancha formando los bulbos terminales o terminal
presináptica los cuales contienen sacos membranosos diminutos, llamados vesículas
sinápticas que almacenan un neurotransmisor químico. La célula postsináptica
posee una superficie receptora o terminal postsináptica. Entre las dos
terminales existe un espacio que las separa llamado hendidura postsináptica.
Las
neuronas están sostenidas por un grupo de células no excitables que en conjunto
se denominan neuroglia. Las células de la neuroglia son, en general, más
pequeñas que las neuronas y las superan en 5 a 10 veces en número. Las
principales células de la neuroglia son: astrocitos, oligodendrocitos, células
ependimarias, células de Swchann, y células satélites.
Los
astrocitos son pequeñas células de aspecto estrellado que se encuentran en todo
el SNC. Desempeñan muchas funciones importantes dentro del SNC, ya que no son simples
células de sostén pasivas. Así, forman un armazón estructural y de soporte para
las neuronas y los capilares gracias a sus prolongaciones citoplasmáticas.
Asimismo,
mantienen la integridad de la barrera hemoencefálica, una barrera física que
impide el paso de determinadas sustancias desde los capilares cerebrales al espacio
intersticial. Además, tienen una función de apoyo mecánico y metabólico a las neuronas,
de síntesis de algunos componentes utilizados por estas y de ayuda a la regulación
de la composición iónica del espacio extracelular que rodea a las neuronas.
Los
oligodendrocitos son células más pequeñas, con menos procesos celulares. Su principal
función es la síntesis de mielina y la mielinización de los axones de las neuronas
en el SNC. Cada oligodendrocito puede rodear con mielina entre 3 y 50 axones.
La mielina se dispone formando varias capas alrededor de los axones, de tal forma
que los protege y aísla eléctricamente. La mielinización, además, contribuye de
forma muy importante a aumentar la velocidad de conducción de los impulsos nerviosos
a través de los axones. A intervalos en toda la longitud del axón hay interrupciones
de la vaina de mielina, llamadas nódulos de Ranvier. Los axones rodeados de
mielina se denominan axones mielínicos, mientras que los que carecen de ella se
llaman amielínicos.
La
microglia son células pequeñas con función fagocitaria, importantes en la mediación
de la respuesta inmune dentro del SNC. Tienen su origen en las células madre
hematopoyéticas embrionarias.
Las
células ependimarias son células ciliadas que tapizan la pared del sistema ventricular
y del ependimo. Son células móviles que contribuyen al flujo del líquido cefaloraquódeo
(LCR).
Las
células de Schwann son células de la neuroglia situadas en el sistema nervioso periférico,
las cuales sintetizan la mielina que recubre los axones a este nivel. Cada célula
rodea a un solo axón.
Las
células satélites son células de soporte de las neuronas de los ganglios del
SNP.
En
un corte fresco del encéfalo o la médula espinal, algunas regiones son de color
blanco y brillante, y otras grisáceas. La sustancia blanca corresponde a la
sustancia del encéfalo y la médula espinal formada por fibras nerviosas
mielínicas y por tejido neuroglial. Es el color blanco de la mielina lo que le
confiere su nombre.
La
sustancia gris está integrada por neuronas y sus prolongaciones, fibras
nerviosas mielínicas y amielínicas y células gliales. Su color grisáceo se debe
a la escasez de mielina.
Sistema
Nervioso Central
Encéfalo
El
encéfalo consta de cuatro partes principales: el tronco del encéfalo, el
cerebelo, el diencéfalo y el cerebro.
El
tronco del encéfalo consta de tres partes: el bulbo raquídeo, la protuberancia
y el mesencéfalo. Del tronco del encéfalo salen diez de los doce pares
craneales, los cuales se ocupan de la inervación de estructuras situadas en la
cabeza. Son el equivalente a los nervios raquídeos en la medula espinal.
El
bulbo raquídeo es la parte del encéfalo que se une a la medula espinal y
constituye la parte inferior del tronco encefálico. En el bulbo se localizan
fascículos ascendentes (sensoriales) y descendentes (motores) que comunican la
médula espinal con el encéfalo, además de numerosos núcleos o centros (masas de
sustancia gris) que regulan diversas funciones vitales, como la función respiratoria,
los latidos cardíacos y el diámetro vascular. Otros centros regulan funciones
no vitales como el vómito, la tos, el estornudo, el hipo y la deglución. El
bulbo también contiene núcleos que reciben información sensorial o generan
impulsos motores relacionados con cinco pares craneales: nervio vestíbulococlear
(VIII), nervio glosofaríngeo (IX), nervio vago (X), nervio espinal (XI) y
nervio hipogloso (XII).
La
protuberancia está situada inmediatamente por encima del bulbo y, al igual que
el bulbo, está compuesta por núcleos y fascículos ascendentes (sensoriales) y descendentes
(motores). Contiene núcleos que participan, junto al bulbo, en la regulación de
la respiración así como núcleos relacionados con cuatro pares craneales: Nervio
trigémino (V), nervio motor ocular externo (VI), nervio facial (VII) y nervio
vestíbulococlear (VIII).
El
mesencéfalo se extiende desde la protuberancia hasta el diencéfalo, y al igual
que el bulbo y la protuberancia contiene núcleos y fascículos. En su parte
posterior y medial se sitúa el acueducto de Silvio, un conducto que comunica el
III y el IV ventrículo y que contiene líquido cefaloraquídeo. Entre los núcleos
que comprende el mesencéfalo se encuentra la sustancia negra y los núcleos rojos
izquierdo y derecho, los cuales participan en la regulación subconsciente de la
actividad muscular. Los núcleos mesencefálicos relacionados con los pares craneales
son: nervio motor ocular común (III) y nervio patético (IV).
En
el tronco del encéfalo también se sitúa la formación reticular, un conjunto de pequeñas
áreas de sustancia gris entremezcladas con cordones de sustancia blanca formando
una red. Esta formación se extiende a lo largo de todo el tronco del encéfalo y
llega también hasta la médula espinal y el diencéfalo. Este sistema se encarga
de mantener la conciencia y el despertar.
El
cerebelo ocupa la porción posteroinferior de la cavidad craneal detrás del
bulbo raquídeo y protuberancia. Lo separan del cerebro la tienda del cerebelo o
tentorio, una prolongación de la dura madre, la cual proporciona sostén a la
parte posterior del cerebro. El cerebelo se une al tronco del encéfalo por medio
de tres pares de haces de fibras o pedúnculos cerebelosos. En su visión superior
o inferior, el cerebelo tiene forma de mariposa, siendo las “alas” los
hemisferios cerebelosos y el “cuerpo” el vermis. Cada hemisferio cerebeloso
consta de lóbulos, separados por cisuras. El cerebelo tiene una capa externa de
sustancia gris, la corteza cerebelosa, y núcleos de sustancia gris situados en
la profundidad de la sustancia blanca. La función principal del cerebelo es la
coordinación de los movimientos. El cerebelo evalúa cómo se ejecutan los
movimientos que inician las áreas motoras del cerebro. En caso de que no se realicen
de forma armónica y suave, el cerebelo lo detecta y envía impulsos de retroalimentación
a las áreas motoras, para que corrijan el error y se modifiquen los movimientos.
Además, el cerebelo participa en la regulación de la postura y el equilibrio.
El
diencéfalo se sitúa entre el tronco del encéfalo y el cerebro, y consta de dos
partes principales: el tálamo y el hipotálamo.
El
tálamo consiste en dos masas simétricas de sustancia gris organizadas en
diversos núcleos, con fascículos de sustancia blanca entre los núcleos. Están
situados a ambos lados del III ventrículo. El tálamo es la principal estación
para los impulsos sensoriales que llegan a la corteza cerebral desde la médula
espinal, el tronco del encéfalo, el cerebelo y otras partes del cerebro.
Además, el tálamo desempeña una función esencial en la conciencia y la
adquisición de conocimientos, lo que se denomina cognición, así como en el
control de las emociones y la memoria. Asimismo, el tálamo participa en el
control de acciones motoras voluntarias y el despertar.
El
hipotálamo está situado en un plano inferior al tálamo y consta de más de doce núcleos
con funciones distintas. El hipotálamo controla muchas actividades corporales y
es uno de los principales reguladores de la homeostasis.
Las principales funciones del hipotálamo son:
Las principales funciones del hipotálamo son:
1.
Regulación del sistema nervioso autónomo: el hipotálamo controla e integra las
actividades de este sistema nervioso, que su vez regula la contracción del
músculo liso, el cardíaco, así como las secreciones de muchas glándulas.
2.
Regulación de la hipófisis: el hipotálamo regula la secreción de las hormonas
de la hipófisis anterior a través de las hormonas reguladoras hipotalámicas.
Además, axones de los núcleos supraóptico y paraventricular hipotalámicos,
llegan a la hipófisis posterior. Estos núcleos sintetizan la oxitocina y la
hormona antidiurética, las cuales a través de los axones se transportan al lóbulo
posterior de la hipófisis, donde se almacenan y liberan.
3.
Regulación de las emociones y el comportamiento: junto con el sistema límbico,
el hipotálamo regula comportamientos relacionados con la ira, agresividad,
dolor, placer y excitación sexual.
4.
Regulación de la ingestión de bebidas y alimentos: forman parte del hipotálamo
el centro de la alimentación, el cual controla la sensación de hambre y saciedad,
y el centro de la sed, el cual se estimula ante cambios en la presión osmótica
del espacio extracelular.
5.
Regulación de la temperatura corporal: ante cambios en la temperatura corporal,
el hipotálamo estimula mecanismos que favorecen la pérdida o retención de calor
a través de estímulos que viajan por el sistema nervioso autónomo.
6.
Regulación de los ritmos circadianos y del estado de conciencia: el hipotálamo
regula los hábitos de sueño y vigilia estableciendo un ritmo circadiano (diario).
El
cerebro forma la mayor parte del encéfalo y se apoya en el diencéfalo y el
tronco del encéfalo. Consta de la corteza cerebral (capa superficial de
sustancia gris), la sustancia blanca (subyacente a la corteza cerebral) y los
núcleos estriados (situados en la profundidad de la sustancia blanca). El
cerebro es la “cuna de la inteligencia”, que permite a los seres humanos leer,
escribir, hablar, realizar cálculos, componer música, recordar el pasado,
planear el futuro e imaginar lo que no ha existido.
La
superficie de la corteza cerebral está llena de pliegues que reciben el nombre
de circunvoluciones. Las depresiones más profundas entre esos pliegues se
denominan cisuras, y las menos profundas, surcos. La cisura más prominente,
hendidura interhemisférica, divide el cerebro en dos hemisferios cerebrales,
derecho e izquierdo.
Cada hemisferio cerebral se subdivide en cuatro lóbulos, que se denominan según los huesos que los envuelven: frontal, parietal, temporal y occipital. El lóbulo frontal está separado del lóbulo parietal por una cisura de dirección cráneo-caudal denominada cisura central o cisura de Rolando. En la circunvolución situada inmediatamente por delante de la cisura de Rolando o circunvolución prerrolándica, se encuentran las neuronas que configuran el área motora primaria. Asimismo, la circunvolución situada inmediatamente por detrás de la cisura de Rolando o circunvolución postrolándica o parietal ascendente, contienen las neuronas que configuran el área somatosensorial. En la cara externa de la corteza cerebral, una cisura que sigue una dirección antero-posterior, la cisura de Silvio, divide el lóbulo frontal del lóbulo temporal. En la cara interna del lóbulo occipital encontramos la cisura calcarina.
Cada hemisferio cerebral se subdivide en cuatro lóbulos, que se denominan según los huesos que los envuelven: frontal, parietal, temporal y occipital. El lóbulo frontal está separado del lóbulo parietal por una cisura de dirección cráneo-caudal denominada cisura central o cisura de Rolando. En la circunvolución situada inmediatamente por delante de la cisura de Rolando o circunvolución prerrolándica, se encuentran las neuronas que configuran el área motora primaria. Asimismo, la circunvolución situada inmediatamente por detrás de la cisura de Rolando o circunvolución postrolándica o parietal ascendente, contienen las neuronas que configuran el área somatosensorial. En la cara externa de la corteza cerebral, una cisura que sigue una dirección antero-posterior, la cisura de Silvio, divide el lóbulo frontal del lóbulo temporal. En la cara interna del lóbulo occipital encontramos la cisura calcarina.
La
sustancia blanca subyacente a la corteza cerebral consiste en axones mielínicos
organizados en fascículos, los cuales transmiten impulsos entre
circunvoluciones de un mismo hemisferio, entre los dos hemisferios (cuerpo
calloso) y entre el cerebro y otras partes del encéfalo a la médula espinal o
viceversa.
Los
núcleos estriados son un conjunto de varios pares de núcleos, situados cada miembro
del par en un hemisferio diferente, formados por el caudado, el putamen y el pálido.
Desde un punto de vista funcional participan en el control de la función
motora.
Los
núcleos estriados y el tálamo configuran los ganglios basales. Reciben y envían
impulsos a la corteza cerebral, hipotálamo y a algunos núcleos del tronco
cerebral.
Médula
Espinal
La
médula espinal se localiza en el conducto raquídeo de la columna vertebral, el
cual está formado por la superposición de los agujeros vertebrales, que
conforman una sólida coraza que protege y envuelva a la médula espinal.
La
médula espinal tiene forma cilíndrica, aplanada por su cara anterior y se
extiende desde el bulbo raquídeo hasta el borde superior de la segunda vértebra
lumbar. Por su parte inferior acaba en forma de cono (cono medular), debajo del
cual encontramos la cola de caballo (conjunto de raíces motoras y sensitivas
lumbares y sacras).
La
médula consiste en 31 segmentos espinales o metámeras y de cada segmento emerge
un par de nervios espinales. Los nervios espinales o raquídeos constituyen la
vía de comunicación entre la medula espinal y la inervación de regiones
específicas del organismo. Cada nervio espinal se conecta con un segmento de la
medula mediante dos haces de axones llamados raíces. La raíz posterior o dorsal
sólo contiene fibras sensoriales y conducen impulsos nerviosos de la periferia
hacia el SNC. Cada una de estas raíces también tiene un engrosamiento, llamado
ganglio de la raíz posterior o dorsal, donde están los cuerpos de las neuronas
sensitivas. La raíz anterior o ventral contiene axones de neuronas motoras, que
conducen impulsos del SNC a los órganos o células efectoras.
Como
el resto de SNC la medula espinal está constituida por sustancia gris, situada en
la parte central y sustancia blanca, situada en la parte más externa. En cada
lado de la médula espinal, la sustancia gris se subdivide en regiones conocidas
como astas, las cuales se denominan según su localización en anteriores,
posteriores y laterales. Globalmente las astas medulares de sustancia gris
tienen forma de H. Las astas anteriores contienen cuerpos de neuronas motoras,
las astas posteriores constan de núcleos sensoriales somáticos y del sistema
autónomo y las astas laterales contienen los cuerpos celulares de las neuronas
del sistema autónomo. La sustancia blanca está organizada en regiones o cordones:
los cordones anteriores, los cordones laterales y los cordones posteriores. A
través de la sustancia blanca descienden las fibras de las vías motoras y
ascienden las fibras de las vías sensitivas.
En
el centro de la medula existe un canal o conducto con líquido cefalorraquídeo llamado
epéndimo.
Meninges
El
SNC (encéfalo y médula espinal) está rodeado por tres capas de tejido
conjuntivo denominadas meninges.
Hay tres capas meníngeas:
Hay tres capas meníngeas:
1.
Duramadre: es la capa más externa y la más fuerte. Está formada por tejido conjuntivo
denso irregular. Está adherida al hueso. Presenta unas proyecciones en forma de
tabiques, que separan zonas del encéfalo:
2.
Hoz del cerebro: es un tabique vertical y mediano situado entre los dos hemisferios
cerebrales en la cisura interhemisférica.
3.
Tentorio o tienda del cerebelo: está situada de manera perpendicular a la hoz,
separando el cerebro de las estructuras de la fosa posterior (tronco cerebral y
cerebelo).
4.
Aracnoides: está por debajo de la duramadre. Está formada por tejido conjuntivo
avascular rico en fibras de colágeno y elásticas que forman como una malla.
Entre esta meninge y la duramadre está el espacio subdural.
5.
Piamadre: es una capa muy fina y transparente de tejido conectivo que está íntimamente
adherida al sistema nervioso central al cual recubre. Entre la aracnoides y la
piamadre se halla el espacio subaracnoideo, que contiene líquido cefalorraquídeo.
Líquido
cefalorraquídeo y sistema ventricular
El
líquido cefalorraquídeo (LCR) es transparente e incoloro; protege el encéfalo y
la médula espinal contra lesiones químicas y físicas, además de transportar
oxígeno, glucosa y otras sustancias químicas necesarias de la sangre a las
neuronas y neuroglia.
Este
líquido se produce en unas estructuras vasculares situadas en las paredes de los
ventrículos llamadas plexos coroideos. Son redes de capilares cubiertas de
células ependimarias que forman el LCR a partir de la filtración del plasma
sanguíneo. El LCR circula de manera continua a través de los ventrículos
(cavidades del encéfalo), epéndimo y espacio subaracnoideo.
Los
ventrículos cerebrales son cavidades comunicadas entre si, por donde se produce
y circula el LCR. Encontramos un ventrículo lateral en cada hemisferio
cerebral, que se comunica cada uno de ellos con el III ventrículo, situado en
la línea media entre los tálamos y superior al hipotálamo. El IV ventrículo se
localiza entre el tronco cerebral y el cerebelo.
El
LCR que se forma en los plexos coroideos de cada ventrículo lateral fluye al
III ventrículo por un par de agujeros (agujeros de Monro). A partir del III
ventrículo el LCR circula hacia el IV ventrículo a través del acueducto de
Silvio. De aquí pasa al espacio subaracnoideo que rodea el encéfalo y la médula
espinal y también al epéndimo. En el espacio subaracnoideo se reabsorbe gradualmente
en la sangre por las vellosidades aracnoideas, prolongaciones digitiformes de
la aracnoides que se proyectan en los senos venosos.
El
LRC proporciona protección mecánica al SNC dado que evita que el encéfalo y la médula
espinal puedan golpearse con las paredes del cráneo y la columna vertebral. Es como
si el encéfalo flotase en la cavidad craneal.
Sistema
Nervioso Periférico
Nervios
Espinales
Los
nervios espinales o raquídeos y sus ramas comunican el SNC con los receptores sensoriales,
los músculos y las glándulas; estas fibras constituyen el sistema nervioso
periférico. Los 31 pares de nervios espinales salen de la columna a través de
los agujeros de conjunción, excepto el primero que emerge entre el atlas y el
hueso occipital. Los nervios espinales se designan y enumeran según la región y
nivel donde emergen de la columna vertebral. Hay ocho pares de nervios
cervicales (que se identifican de C1 a C8), 12 pares torácicos (T1 a T12) cinco
pares lumbares (L1 a L5), cinco pares sacros y un par de nervios coccígeos.
Nervios
Craneales
Los
nervios craneales, al igual que los nervios raquídeos son parte del sistema nervioso
periférico y se designan con números romanos y nombres. Los números indican el
orden en que nacen los nervios del encéfalo, de anterior a posterior, y el nombre
su distribución o función. Los nervios craneales emergen de la nariz (1), los ojos
(II), el tronco del encéfalo (III a XII) y la médula espinal (una parte del
XI).
1.
Nervio olfatorio o I par craneal: se origina en la mucosa olfatoria, cruza los agujeros
de la lámina cribosa del etmoides y termina en el bulbo olfatorio. Es un nervio
puramente sensorial y su función es la olfacción.
2.
Nervio óptico o II par craneal: se origina en las fibras que provienen de la retina,
cruza el agujero óptico de la órbita y termina en el quiasma óptico. Es un nervio
sensorial y su función en la visión.
3.
Nervio motor ocular común o III par craneal: es un nervio mixto aunque principalmente
motor. La función motora somática permite el movimiento del párpado y
determinados movimientos del globo ocular. La actividad motora parasimpática
condiciona la acomodación del cristalino y la constricción de la pupila o
miosis.
4.
Nervio patético o IV par craneal: es un nervio mixto aunque principalmente motor,
cuya función motora permite el movimiento del globo ocular.
5.
Nervio trigémino o V par craneal: es un nervio mixto. La porción sensitiva transmite
las sensaciones de tacto, dolor, temperatura y propiocepción de la cara. La
porción motora inerva los músculos de la masticación
6.
Nervio motor ocular externo o VI par craneal: es un nervio mixto aunque principalmente
motor, cuya función motora permite movimientos del globo ocular.
7.
Nervio facial o VII par craneal: es un nervio mixto. La porción sensitiva transporta
la sensibilidad gustativa de los 2/3 anteriores de la lengua. La porción motora
somática inerva la musculatura de la mímica facial. La porción motora parasimpática
inerva las glándulas salivales y lagrimales.
8.
Nervio auditivo o estatoacústico o VIII par craneal: es un nervio mixto, principalmente
sensorial. La función principal es transportar los impulsos sensoriales del
equilibrio y la audición.
9.
Nervio glosofaríngeo o IX par craneal: es un nervio mixto. La porción sensorial
transporta la sensibilidad gustativa del 1/3 posterior de la lengua. La porción
motora somática inerva la musculatura que permita la elevación de la faringe durante
la deglución. La porción motora parasimpática inerva la glándula parótida.
10.
Nervio vago o X par craneal: es un nervio mixto. La función sensorial
transporta la sensibilidad de la epiglotis, faringe, así como estímulos que
permiten el control de la presión arterial y la función respiratoria. La
porción motora somática inerva los músculos de la garganta y cuello permitiendo
la deglución, tos y la fonación. La porción motora parasimpática inerva la
musculatura lisa de los órganos digestivos, el miocardio y las glándulas del
tubo digestivo.
11.
Nervio espinal o XI par craneal: es un nervio mixto principalmente motor que inerva
músculos deglutorios, el músculo trapecio y el músculo esternocleidomastoideo.
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